Romanos 11:33: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
REFLEXIONEMOS
Debemos cuidarnos de no bajar el nivel de la Palabra de Dios a nuestro nivel de entendimiento o filosofías. Y debemos cuidarnos de no elevar nuestras tradiciones sobre las normas de la Palabra de Dios.
Ésta no tiene que ser justificada por nuestro entendimiento.
Puede discutir con ella, pero ¿para qué? Usted puede tomar cualquier otro libro y leerlo, pero la Biblia le lee a usted. Palpita con vida y poder. Corta, quema, pulveriza y ejerce un poder que mueve montañas. Su Palabra posee vida en Sí misma.
Es la voz de Dios para usted. No puede rechazarla, negarla, distorsionarla, ni adulterarla. Solamente puede postrarse ante ella.
HAGAMOSLO PRACTICO
¿Cuándo fue la última vez que estudió cómo la Palabra de Dios ha llegado a nuestras manos? Haga una búsqueda en la Internet, vaya a una librería y estudie cómo se descubrieron las traducciones bíblicas y cómo han sido preservadas y asombrese de como el Poder de Dios le ha preservado hasta hoy.
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