Salmos 100:4: “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.”
REFLEXIONEMOS
Un predicador iba a bordo de un tren. Allí vio a un varón muy bien vestido y a una mujer muy elegante y con costosas alhajas.
La mujer se quejaba de todo: el tren, el clima, las noticias, la comida, el servicio. El predicador decidió entablar una plática con la pareja.
Le preguntó al hombre a qué negocio se dedicaba y éste le respondió. Luego le preguntó: “¿Qué hace su esposa?” Él le contestó: “Ella está en el negocio de producciones: produce su propia infelicidad.”
Existen muchas personas así. Estos individuos producen su propia miseria porque fallan al no ser agradecidos. Sólo Cristo puede cambiar nuestras vidas y crear en nosotros un corazón agradecido.
HAGAMOSLO PRACTICO
Hoy déle gracias a Dios por algo que comience con cada letra del alfabeto.
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